miércoles, 27 de julio de 2011

De tomates y exquisiteces.

Una de las exquisiteces de la pobreza en vías de extinción es la de comerse un tomate que tú has cultivado echándole al suelo un poquito de estiércol, sembrando unas matas de "melillero", "huevo de toro" u otra variedad que te da algún vecino de las semillas que guardó el año anterior y aplicando de vez en cuando azufre en polvo.
Los vecinos lo tienen claro, “si no los surfatas no los catas”. Y es que hay tantos bichejos, que necesitan estar con la mochila cada dos por tres aplicando fungicidas, insecticidas … La Tuta Absoluta es la última plaga, es además la responsable de que muchos de los que sembraban sus tomates cada año y te los presentaban con orgullo estén pensando en abandonar.
Los míos están que da pena verlos, no sé si los cataré.

2 comentarios:

  1. Como echo de menos los tomates tan ricos del verano. Los de ahora no saben a naita.

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  2. biodinámicos del sur1 de noviembre de 2011, 5:51

    Si hubieramos tenido gallinas, que todavía no tenemos, habrían comido más tomates que nosotros pero ha habido tomates para todo y con muy buen sabor, así que insistiremos el próximo año.
    Saludos
    AS

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