miércoles, 23 de abril de 2014

VITICULTURA EN LANZAROTE. LA GERIA.


La Geria es un paraje, entre los municipios de Yaiza y Tías, cubierto de una gruesa capa de rofe, picón. Las erupciones volcánicas de 1730-36 sepultaron tierras de cultivo además de  “casa y tahonas, maretas abiertas y por abrir y cisternas”.

Uno de los propietarios de la zona era el obispo de Canarias que cuando se enteró del desastre ordenó “quitaran a lomo de camello todas las cenizas llovidas sobre sus tierras”. Poderío.



 Como quitar la arena era imposible abrieron hoyos hasta encontrar la tierra, y allí sembraron entre otras plantas, vides. Sorprendidos por lo bien que se criaban se extendió su cultivo a toda la isla. Los hoyos pueden tener más de dos metros de profundidad, protegiendo así las plantas de los vientos alisios que soplan en la zona. Algunos hoyos tienen además un zoco de piedra volcánica para que la arena no los colmate. La malvasía es la reina.


Las zanjas  se utilizan en zonas donde hay menos arena o en enarenados artificiales. La vid se siembra alrededor de la finca y el centro se aprovecha para otros cultivos. Ahora he visto cómo también están plantando viña en el centro, de forma regular para realizar las tareas con pequeños tractores.


Los chabocos son huecos, grietas  en la lava, de origen natural o creados de manera artificial. No es fácil localizarlos pero los amigos Luis y Jerónimo, viticultores de la zona me llevaron a ver algunos. En estos huecos se recoge más agua y el viento no molesta. Se suele plantar la moscatel.

La Geria es un espacio natural cuidado con mimo por los campesinos conejeros, su impacto visual emociona.

 Antonio Sánchez

lunes, 21 de abril de 2014

VITICULTURA EN LANZAROTE





La viticultura en Lanzarote no es extrema, es casi imposible.
Tiene su origen en las erupciones volcánicas ocurridas en la isla entre los años 1730-1736.
La arena volcánica que cubrió algunos de los valles más fértiles se utiliza para cubrir la tierra.
Esta arena volcánica, a la que los del lugar  llaman rofe, aprovecha la humedad del rocío, impide su evaporación, aporta minerales y protege de las enfermedades.
Con una media de precipitaciones de 100 litros por metro cuadrado y ventolera casi permanente (alisios),  no sería posible cultivar sin esta arena y su hábil utilización por los campesinos.
Juegan también un papel fundamental los zocos que hacen con tanto esmero los cabuqueros, algunos te impactan por lo bien hechos que están.


Antonio Sánchez