La viticultura en Lanzarote
no es extrema, es casi imposible.
Tiene su origen en las
erupciones volcánicas ocurridas en la isla entre los años 1730-1736.
La arena volcánica que cubrió
algunos de los valles más fértiles se utiliza para cubrir la tierra.
Esta arena volcánica, a la
que los del lugar llaman rofe, aprovecha
la humedad del rocío, impide su evaporación, aporta minerales y protege de las
enfermedades.
Con una media de
precipitaciones de 100
litros por metro cuadrado y ventolera casi permanente (alisios), no sería posible cultivar sin esta arena y su
hábil utilización por los campesinos.
Juegan también un papel
fundamental los zocos que hacen con tanto esmero los cabuqueros, algunos te
impactan por lo bien hechos que están.
Antonio Sánchez
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