De gallinas y topos

Con esta excursión del gallo y las gallinas por la viña, se despiden hasta después de la vendimia. Las he visto picotear las uvas y eso no, amigas.

El gallo controlando.

A pesar de que no ha llovido en primavera, la viña está frondosa y sana, un poco más atrasadas que años anteriores por estas fechas. Únicamente las de una fila, en la que hay topos, han tenido dificultades para brotar y están más débiles que el resto. He sembrado una planta alucinógena en esa zona, dicen que ahuyenta a los topos, o será que se van al otro mundo con el colocón que pillan. Lo que sea pero que dejen de molestar, que las parritas son sagradas.
Antonio Sánchez

ETIQUETA

La ha hecho Leopoldo, pintor con orígenes en Peñascosa.

La zona donde está La Viña, en  tiempos anteriores al plástico, tuvo en verano como actividad para los trabajadores del pueblo, el “arrancar esparto” de las sierras del lugar.

Mi padre compraba los derechos de las zonas en las que había esparto a sus propietarios para que quienes quisieran pudieran arrancarlo sin problemas.

Lo traían en burros o mulos a “la romana”, un espacio en el que nosotros lo pesábamos con romanas, lo hacíamos manojos más pequeños, lo secábamos y lo vendíamos.

Esta historia se la conté a Leo hace unos años. Cuando le he pedido ayuda para hacer la etiqueta, la ha tomado como referencia. Así los hilitos son espartos y el trenzado es una soga, una pleita …

Le gusta esta forma de abordar los carteles y en este caso la etiqueta. Gracias Leo.

TOMATES 12

Una vez más me aplico a la búsqueda del sabor de los tomates de otros tiempos. He sembrado el 470, un tomate autóctono de Ronda. Tiene este número porque llegó en este orden a la finca experimental La Mayora, donde tienen semillas de 1400 variedades. También he sembrado unas matas de Kumato, que no tiene tan buen sabor pero es rico en antioxidantes, hay que mirarlo todo. Sembrarlos es fácil, lo difícil es conseguir que lleguen a la mesa en buen estado, claro que este año con las gallinas voy a sentir menos que se estropeen. Me conformaría con que nos los comiéramos a medias. Los he sembrado en bancales como los que propone Emilia Hazelip y pienso combatir a la “fauna” con azufre, jabón potásico y unos bacilos que cuentan que son eficaces contra la “tuta absoluta”. Ya contaré.