Cuando asistí al curso que dio Nicolás Yoly, autor del libro “El vino del cielo a la tierra”, hace un par de años en Torrelodones, pensé que además de explicarnos su manera de entender la biodinámica en la viña probaríamos algunos de sus vinos. Nos quedamos con las ganas.
Este verano en Strasburgo he podido satisfacer ese deseo gracias a mi amigo Rolán. Nos tomamos una botella de blanco La Coulée de Serrant de 1998, riquísimo. Eso sí, decía que aguantaba unos días después de abrirlo y que no perdía ni intensidad ni aromas, dejamos un culito para comprobarlo y mejor que nos lo hubiéramos bebido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario